Todos aquellos que tuvieron la oportunidad de viajar y de presenciar
algún concierto en el exterior -desde Santiago de Chile hasta Londres,
pasando por Nueva York y el DF mexicano- tarde o temprano cayeron en el
mismo interrogante: ¿para cuándo un lugar así en Buenos Aires?. La
abundante oferta artística y deportiva de la Argentina no hacían más que
meter el dedo en esa llaga que es la ausencia de un estadio no sólo
apto, sino también pensado y preparado para el entretenimiento. Pero
todo indica que ese será un viejo reclamo cuando, el 31 de octubre,
Sting inaugure el DirecTV Arena.
Emplazado en un predio de 10 hectáreas en
Tortuguitas, a pocos pasos del ramal Pilar de la Panamericana, el
DirecTV Arena promete tener todo lo necesario para que la experiencia
del entretenimiento sea digna del primer mundo, y para dejar de
establecer comparaciones sólo en lo que a precios de tickets se refiere.
Los 10 mil metros cuadrados cubiertos, 9 baterías de baños, 5 puertas
de acceso, ascensores y 20 locales gastronómicos serán accesorios al
verdadero fuerte que promete el nuevo estadio: la tecnología puesta al
servicio del disfrute y la comodidad. Y para ello contará con
climatización, techo acústico, sonido calidad PRG, seguridad y un
estacionamiento para 4 mil vehículos.
Con una capacidad para 15 mil personas sentadas (que se podrá reducir hasta 3500, según el tipo de espectáculo), la facilidad de los accesos deberá ser puesta a prueba sobre la marcha, tal como fue con Costanera Sur y Ciudad del Rock. Si bien el recorrido en auto no dura más de 35 minutos, el transporte público no abunda: el ferrocarril Belgrano Norte, que tiene una estación a unas veinte cuadras del predio, sólo serviría para ir y no para volver a Capital, salvo que la organización negocie algunos servicios extra nocturnos, tanto con Ferrovías como con las líneas 15, 57 y 228.
Dos cosas llaman la atención en particular del
DirecTV Arena: la primera, la velocidad de la construcción, que hasta su
inauguración habrá demandado sólo siete meses, y que demuestra que
cuando la decisión está acompañana por las inversiones y el apoyo
político (que en un año electoral no parece ser casual), todo funciona; y
la segunda, es que después de los shows de Sting y de Axel (14 de
noviembre), aseguran tener pautada una agenda de al menos una veintena
de espectáculos hasta fin de año. Los organizadores se reservaron los
nombres, pero aseguraron que varios de ellos figuran en la presentación
ofrecida a la prensa. ¿Será U2? ¿O Lali Espósito, Violetta, Luis Miguel,
Agapornis, Ciro y los Persas y los Rolling Stones?
El primer
entretenimiento, parece, empieza por adivinar. Hagan sus apuestas.
Fuente: Rolling Stone (Por Leonardo Ferri)